Mi vida esta en tus manos Señor.

SUEÑOS DE ESPERANZA

|

Sábado 04 de Septiembre del 2010
LECCIÓN No. 10


TEXTO PARA MEMORIZAR:
"Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí yo estoy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres y volveré ó a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho" Génesis 28:14-15.

OBJETIVO DE LA LECCIÓN:
Se conocerá y reflexionará sobre la revelación de Dios a Jacob en el santuario de Bethel, entendiendo la condición de Jacob y la amplitud de la revelación de la promesa. Así como la fe derivada de dicha promesa y la restauración del nómada que huía.

LECTURA BÍBLICA: Génesis cap. 28-34.

LECTURA BASE: Génesis 28:10-22.

NARRACIÓN
Jacob, pues, salió de Beerseba y fue a Harán. Llegó a cierto lugar y durmió allí, porque ya el sol se había puesto. De las piedras de aquel paraje tomo una para su cabecera y se acostó en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Vio una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo. Ángeles de Dios subían y descendían por ella. Jehová estaba en lo alto de ella y dijo: "Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente, pues yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho". Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: "Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía". Entonces tuvo miedo y exclamó: "¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo". Se levantó Jacob de mañana, y tomando la piedra que había puesto de cabecera, la alzó por señal y derramó aceite encima de ella. Y a aquel lugar le puso por nombre Bet-el, aunque Luz era el nombre anterior de la ciudad. Allí hizo voto Jacob, diciendo: "Si va Dios conmigo y me guarda en este viaje en que estoy, si me da pan para comer y vestido para vestir y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, el diezmo apartaré para ti"

ANÁLISIS
Es necesario recordar que este relato se enlaza con el relato de la huida de Jacob a Harán después de confabular con su madre la usurpación de la primogenitura de su hermano. El relato nos presenta a un Jacob descrito como un solitario caminante que para pasar la noche hace alto en un lugar totalmente fortuito. El sol se oculta obligándolo así a una acampada provisional (Von Rad, Gerhard, El libro del Génesis, Sígueme, Salamanca, 1982).
El sueño muestra lo que Jacob llama más adelante "la escalera del cielo". Para los antiguos hebreos ese lugar era angosto y a través de él se producía todo el tráfico entre la tierra y el cielo (entre lo sagrado y lo profano), por ahí iban y venían "los mensajeros de Dios" (Job 1:7) para cumplir las órdenes divinas o vigilar la tierra. Aunque la escalera de Jacob no debe ser entendida como una escalera moderna de las que conocemos en la actualidad, pues la palabra hebrea “sulam” (procedente de salal que significa "amontonar" o "elevar") designa más bien una rampa o un terraplén escalonado, semejante a un basamento piramidal de las antiguas culturas mexicanas.
En el Antiguo Oriente se distinguía el lugar de la aparición terrestre de una divinidad y su aposento, que era un lugar celeste. Así en las gigantescas torres-templo (zigurats) erigidas por los babilonios, el aposento superior simboliza la morada de la divinidad, mientras que abajo, al nivel de suelo estaba el templo de la aparición; ambas partes se comunicaban mediante una larga rampa.
Jacob está al tanto de estas costumbre: "Entonces tuvo miedo y exclamó: "¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo". Es decir, el lugar donde Dios se aparece y que deberá convertirse en santuario para el culto. El sueño de Jacob da lugar a una teofanía (aparición de Dios) y una interpelación solemnísima a Jacob, la promesa de tierras nos remite a la necesidad de los padres nómadas de establecerse. El discurso de Dios abarca los elementos comunes de las bendiciones patriarcales.
La vivencia de Jacob aquella noche en que huye de Esaú va más allá del simple consuelo. Ocurre algo más, una revelación divina que repercute en su vida espiritual y material, al despertar del sueño sus palabras reflejan un sentir profundo: "Dios está aquí" y "yo no lo sabía", refleja el estado de turbación de todo hombre frente a Dios, la extrañeza de darse cuenta de la cercanía de Dios y el alejamiento del hombre.
La piedra que elige Jacob para ungir era llamada massebá, eran enormes piedras de hasta dos metros de altura, conocidas en todo el Oriente Medio. Se explica en esta porción del texto el propósito fundamental del narrador: dar a conocer cómo es que Bethel se convirtió en santuario sagrado remitiéndose a las acciones de Jacob.
El voto que Jacob hace a Dios es una muestra de una vinculación personal del individuo a Dios y una obligación de gratitud. Desde una perspectiva maliciosa se podría ver en el acto de Jacob la intención de "sobornar" a la divinidad a partir del temor expresado anteriormente en el texto, pero se trata del reconocimiento de la debilidad e inconstancia del corazón humano que necesita apoyo.

APLICACIÓN
Si conoce a alguien que haya hecho alguna acción deshonesta y que ahora huye por vergüenza o porque los afectados lo han excluido persiguiéndolo para que dé cuentas del mal causado, búsquelo á y comparta la historia de Jacob en Bethel, sea usted un mensajero de la escalera de Dios y dé a conocer lo que se reveló a Jacob en esa oscura noche

CONCLUSIÓN
En ocasiones muchos hemos hecho acciones que en el fondo son v, deshonestas aunque tengan beneficio para nosotros, al huir de dichas acciones por la vergüenza o la persecución de los afectados. Dios se nos revela de muchas formas para mostrarnos su gracia y su promesa.
En las noches oscuras de nuestra vida podemos reconocer su voz, su rostro y dormir sobre su fundamento, sobre la roca, reposar confiados en sus promesas de vida y al despertar reconocer su magnificencia, adorarle y servirle porque es un Dios amoroso, comprensivo y que va al encuentro del ser humano en los peores momentos para restaurar y cumplir sus promesas. Esto lo puede hacer a través de nosotros, de usted, de todos los que le reciben y construyen un santuario en cada hogar