Sábado 06 de Junio del 2010
LECCIÓN 10
PARA MEMORIZAR:
"Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió" (Romanos 14:15).
OBJETIVO
Evaluar nuestras actitudes ante las diferencias de opinión a la luz de los principios de una iglesia que no se amolda al mundo y que vive en amor.
LECTURA BASE: Romanos 14:1-23
NARRACIÓN
A partir del capítulo 12 de nuestra carta, el apóstol nos guía en una serie de reflexiones que tienen que ver con la práctica cristiana, su invitación es para iniciarnos en un proceso de transformación y renovación a cambiar de "mente" y nos propone un molde: el camino del amor (13:8).
El amor no es un sentimiento romántico, tampoco es una definición de carácter filosófico, el amor tiene que ver con la voluntad de un hombre nuevo según Cristo y se manifiesta en situaciones cotidianas, en medio de circunstancias muy humanas como someterse a las autoridades, pagar los impuestos, usar nuestros talentos al servicio de los demás, no vengarse, estar en paz con los demás etc. Todo esto está descrito en los capítulos precedentes (12 y 13) pero al llegar al cap. 14 el apóstol se concentra en un caso específico en donde la aplicación del amor entra en juego: las diferencias de opinión. Una vivencia muy humana que experimentamos constantemente es la contienda sobre opiniones. En la casa, en el trabajo, en la tienda, cuando viajamos constantemente estamos presentando nuestras opiniones ante los demás acerca de política, deportes, medicina, economía, educación, noticias de carácter social etc. Todas estas diferencias de opinión o polémicas resultan en ocasiones sumamente acaloradas, pero una de las que más apasionan es la que pertenece a lo religioso. ¿Cómo hace "el mundo" para resolver sus diferencias de opinión? ¿Cómo encaran su pasión ante estos temas? ¿No debería la iglesia enfrentar estas diferencias de una forma diferente? Ésta es precisamente la idea que rige la exposición del capítulo 14: cómo enfrenta una iglesia que no se amolda a este mundo las diferencias de opinión. Cómo comprende esas diferencias la iglesia que renueva su mente. La respuesta es en amor.
Cuando nos referimos a diferencias de opinión hablamos de aquellos aspectos de la fe que no son suficientemente explícitos en la Escritura y que se prestan a ser interpretados y a tener de ellos diferentes opiniones o posturas.
ANÁLISIS
1. La iglesia que no se amolda a este mundo enfrenta sus diferencias con amor, esto se observa claramente (Romanos 14):
a) Verso 1. Se reciben sin intentarse convencer o cambiar unos a otros: quienes aman son capaces de aceptar a los demás sin la condición de que piensen igual que ellos.
b) Verso 6. Lo hacen todo para el Señor: quienes aman lo hacen imitando a su Señor, quien les ama incondicionalmente, aman a los diferentes porque son amados por uno aún más diferente.
c) Verso 3. No se juzgan: quienes aman comprenden que su labor en el mundo no es juzgar sino restaurar, buscarán restaurar las relaciones rotas.
d) Verso 3. No se menosprecian: quienes aman no disminuirán el valor de una persona con base en sus ideas, de ninguna forma, pues aman y saben que todo ser humano tiene un mismo y alto precio.
e) Verso 19. Se edifican mutuamente: quienes aman se gozan de ver que el otro está creciendo, se fortalece y prospera, no obran con envidia ni egoísmo pues éstos son contrarios al amor.
f) Verso 12. Se cuidan para no ponerse tropiezo: quienes aman, son tiernos y cariñosos con los demás, no los ven como cosas que ayudan o estorban sino como hermanos que son susceptibles a ser afectados por sus actitudes, evitarán hacer daño.
g) Verso 22. Viven convencidos de lo que han aceptado ante Dios: quienes aman viven su fe sin intentar cambiar a los otros, se aceptan a sí mismos porque antes saben que han sido aceptados por Dios, es así y sólo así como se puede aceptar a los hermanos. Quien no acepta a su hermano evidencia que no se ha aceptado a sí mismo y no ha reconocido que Dios le ha aceptado a él.
2. La iglesia que se renueva constantemente en la mente, construye la paz y por ello comprende sus diferencias de opinión:
a) Verso 17. Cuestiones no esenciales del reino de Dios: el mundo practica la intolerancia, no hace diferencia entre lo esencial y lo no esencial, pues está centrado en sí mismo, y piensa que lo que es importante para mí debe serlo para los demás. La iglesia por estar renovada es tolerante.
b) Verso 8. Son resultado del Señorío de Cristo y de nuestra entrega a Él: las diferencias que manifestamos son el resultado de que cada uno busca agradar a Dios de la mejor manera de acuerdo a su comprensión. Al final lo que tiene más peso es que las decisiones que tomamos se hacen pensando en agradar a Dios y no a nosotros mismos.
c) Verso 15. Son oportunidades para expresar el amor: la enseñanza de Jesús es que amemos al enemigo, amar a los que son como nosotros no es gran mérito, es mundano, lo auténticamente cristiano es amar a quienes son diferentes a nosotros y no sólo eso, aún a quienes buscan hacernos mal. Las diferencias nos brindan la oportunidad de ejercer el amor cristiano.
d) Verso 19. Son recursos que enriquecen la fe: las diferencias se pueden ver como complementarias unas de otras y no sólo como antagónicas, la visión que nos ofrece cada opinión puede ser enriquecedora si la base de ello es la edificación de todos en amor.
e) Verso 9. Son pruebas a la unidad de la iglesia: las diferencias resultan desafíos al egoísmo, nos animan a negarnos a nosotros mismos, ponen a prueba nuestro concepto de unidad. En nuestra manera de responder a ellas manifestamos cuál es la base de nuestra unidad el vínculo del espíritu o nuestro ego.
APLICACIÓN
1. Compartan tres aspectos en los que la iglesia local tiene encuentros de opinión.
2. Examinen su proceder como iglesia en base a los incisos del apartado 1 del análisis.
3. Evalúen esas diferencias a la luz de los incisos del apartado 2 del análisis.
4. Comenten acerca de lo que necesitan hacer en cada caso para vivir en paz de acuerdo al amor.
CONCLUSIÓN
El ejercicio de amar es posible gracias a que Dios nos ama sin hacer distinción. Aunque a lo largo de la vida hemos cambiado de opinión y seguramente lo seguiremos haciendo, tenemos la seguridad de que el amor de Dios no cambia hacia nosotros. Imitemos pues a Dios y no al mundo ejerciendo un amor sin fingimiento.
