enviado por Adolfo M.
En Génesis, capitulo 41, el Faraón describe un sueño. Un sueño que nadie podía interpretar. José escuchó atentamente. Terminada la narración, José respondió: "... Las siete vacas buenas son siete años de abundancia y las siete espigas buenas. (...) las siete espigas flacas y asolanadas, es que habrá siete años de hambre...”.
José le aconsejó al Faraón: “... ponga encargados al frente del país (...) Ellos recogerán todo el comestible de esos años buenos que vienen, (...) De esta forma quedarán registradas las reservas de alimento del país para los siete años de hambre que habrá en Egipto, y así no perecerá el país de hambre".
Lo cierto es que el mismo principio que aplicó José hace miles de años se aplica hoy a cualquier ámbito social e individual: tenemos que estar preparados para enfrentar las fluctuaciones que existen en la economía. Hay tiempos de crecimiento y hay tiempos de decrecimiento. La economía pasa por fases o fluctuaciones. Es como el movimiento de una ola. Esta aumenta, llega a su pico, rompe y desaparece hasta que comienza una nueva fase. Estas fluctuaciones representan la combinación de incremento y desaceleración de la actividad económica.
Durante el crecimiento de la ola, que los economistas llaman las fases de expansión y punto máximo, hay mayor progreso tecnológico, rápido crecimiento en el empleo, mayor producción y, para nosotros, mayor ingreso. Durante la disminución de la ola, que los economistas llaman las fases de recesión y depresión, generalmente el desempleo aumenta, los precios suben, hay menos producción, y para nosotros, menor ingreso.
Es aquí donde debemos estar preparados.
Existe el riesgo de que el ingreso que recibimos deje de entrar al bolsillo. Por eso crear un fondo, no sólo es efectivo, sino que puede aliviarnos futuros dolores de cabeza.
No sólo el Faraón tuvo que crear un fondo para aliviar futuros dolores de cabeza. Veamos un ejemplo de los tiempos modernos. Durante el periodo 1973-74 los países productores de petróleo decidieron hacer un embargo económico a EE.UU.. Esto ocasionó una subida en el precio del combustible e influyó en el desequilibrio económico de esa época, siete vacas flacas. Para evitar otro golpe como ese, el gobierno creó una reserva estratégica para que en el caso extremo de que no entre ni una gota de petróleo a los Estados Unidos, el país no se quede sin abastecimiento. Actualmente la reserva cubriría alrededor de 59 días de consumo de petróleo.
También existe riesgo en nuestras finanzas personales.
Una simple pregunta: Si te quedaras sin trabajo mañana, ¿cómo cubrirías los gastos diarios y pagarías las deudas?
La creación de una reserva de emergencia es para esos casos.
La reserva tiene como objetivo cubrir el faltante de efectivo si nos vemos en problema al quedarnos sin trabajo, un viaje repentino, una enfermedad inesperada, etc. Es tener “cash” a la mano si se nos cierra “la llave del ingreso”.
Un buen comienzo sería tener seis meses de tus gastos en el fondo.
Veamos un ejemplo:
Digamos que María gasta, en promedio, 2.000 dólares mensuales. La reserva de emergencia de María debería ser de 12.000 ($2.000 x 6 = $12.000).
Esto quiere decir que si María se quedara sin ningún otro ingreso, al menos tiene un fondo para cubrir los seis primeros meses de gastos.